Estas fiestas son esa época especial en la que tenemos ganas de estar siempre con nuestra familia, de ver la cara de los niños al abrir los regalos… Es ese momento del año en el que la ilusión y el agradecimiento son los grandes protagonistas. Pero existe una tercera protagonista… ¡que no puede ser otra que la comida!
Mucha gente da por hecho que durante el periodo navideño va a coger peso; las comidas y cenas familiares se caracterizan por comidas abundantes y cuesta decir que no a los deliciosos platos tradicionales, turrones, el roscón de reyes… Y lo cierto es que no tenemos por qué privarnos de nada, pero siempre tenemos que comer con moderación. ¡Nuestra salud nos lo agradecerá!
Ahora, si estás embarazada quizá tengas algunas dudas respecto a tu alimentación durante estas fiestas. ¿Puedo comer de todo? ¿Qué pasa si un día como más de lo normal? ¡Te lo respondemos, sigue leyendo!
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Marisco sí, pero crudo no
Durante el embarazo, no es recomendable tomar alimentos crudos, incluso si el marisco está ahumado o en salazón, ya que podría contener microorganismos patógenos o bacterias y podrían dañar seriamente a tu feto. La carne también debe estar hecha y los lácteos pasteurizados.
Alcohol… cero
¿A quién no le apetece una copita de vino en las cenas navideñas? Pero si estás embarazada… Deberás aguantarte las ganas hasta las próximas navidades. Haz chin chin con la familia, ¡pero mejor con agua!
Atracones y caprichos
El control es la clave. En estas fechas siempre solemos decir ‘un día es un día’… todos los días. Proyectamos nuestras esperanzas de ponernos a dieta a partir del año nuevo y utilizamos esa excusa para comer hasta quedarnos llenos en Navidad. ¿Atracones? Mejor no. ¿Caprichos? ¡Sí! El cuerpo lo pide y es algo totalmente normal, y más en chicas embarazadas con las hormonas alteradas. Un trocito de turrón está bien, un polvorón… ¡pero sin pasarse! La fruta también puede ser una gran aliada.
Mejora tu digestión en Navidad
Comer de más en Navidad no solo puede hacerte engordar cuando estás embarazada, también puede traerte otras molestias como la acidez o la hinchazón… Es importante tener buenas digestiones después de las comidas. Una buena idea es tomar tés o infusiones.
¡Muévete!
Como ya sabéis, embarazo, alimentación y actividad física van de la mano. No podemos dejar que las vacaciones navideñas se conviertan en comidas y cenas diarias. El cuerpo de una embarazada necesita mantenerse activo, y por supuesto, nutrirse de forma correcta.
Si estás embarazada serán unas navidades inolvidables para ti y para tu familia… ¡Todos estarán tan felices por la nueva vida que llega a la familia que la comida va a pasar a un segundo plano! Así que recuerda, disfruta de los momentos navideños pero siempre con moderación, ¡elige lo mejor para ti y para tu bebé!
Os dejamos un enlace a uno de nuestros artículos, en el que os hablamos de cómo alimentaros después de la Navidad… ¡Así ya vais tomando nota, feliz navidad chicas!