Todo lo que debes saber del parto prematuro
Uno de cada diez recién nacidos en España es prematuro, es decir ha nacido antes de la semana 37 de embarazo. Para los ginecólogos es esencial prevenir los nacimientos antes de esta fecha, pues de esta manera estaremos reduciendo la morbilidad neonatal y las posteriores secuelas en estos recién nacidos tan vulnerables.
¿Cómo podemos contribuir a evitar la amenaza de parto prematuro?
En primer lugar desde casa, es decir, con los cuidados prenatales; evitando el tabaquismo, controlando el peso materno (tanto el sobrepeso como el bajo peso), extremando la higiene dental, tratando infecciones urinarias y vaginales, dejando a un lado el estrés y la ansiedad que nos pueden provocar ciertas situaciones como la preparación del nido, los días intensos, etc.
Desde la consulta, en este caso será el ginecólogo el que ha de detectar a aquellas mujeres con factores de riesgo para presentar parto prematuro. Estas son aquellas que tienen antecedentes de partos antes de la semana 37, aquellas que tienen malformaciones uterinas (útero bicorne, úteros con septos…) o que les han realizado una conización en el cuello del útero. Por supuesto las pacientes con embarazos gemelares o con alguna patología materna de base también pueden verse afectadas por partos prematuros. Sin embargo, no siempre es así.
¿Cómo se procede frente al riesgo de un embarazo prematuro?
A todas estas embarazadas además de sus visitas de control obstétrico les realizamos una medición de la longitud de cuello uterino mediante ecografía vaginal. Si se detecta una longitud susceptible de riesgo, ponemos en marcha medidas terapéuticas y preventivas:
- Progesterona vía vaginal u oral. Se trata de una hormona suave que relaja el útero
- Pesario de Arabin. Se trata de un anillo cónico de silicona capaz de cerrar el cuello uterino y elevar la presentación fetal de manera que elimina la sensación de presión vaginal.
En el caso de que además se sucedan contracciones, contamos con fármacos capaces de frenarlas, tanto a nivel oral como intravenoso en medio hospitalario.
En cualquier caso, es fundamental un buen control obstétrico y que ante cualquier duda o molestias consultes con tu ginecólogo.