Los dolores de espalda –lumbalgia o lumbago- son unos dolores que afecta a la zona lumbar y que, en ciertos grados, puede comprometer nuestra movilidad, afectando a nuestra vida diaria. Los dolores de espalda, sobre todo en la parte baja –o ciática- son muy frecuentes durante el embarazo, aunque mucho más en el tercer trimestre que es donde los cambios más visibles, se van produciendo en el bebé. Por eso, las futuras mamás suelen recibir la baja médica durante esta época.
Los dolores de espalda son evitables si se sabe cómo hacerlos pero, lo principal es conocer por qué aparecen.
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¿Por qué tenemos dolores de espalda en el embarazo?
Aunque no hay una ciencia cierta para predecir por qué van a aparecerte tus dolores de espalda, es cierto que hay una serie de causas que son comunes a estos dolores y que, posiblemente, una o varias de ellas sean las causantes de tus molestias.
Crecimiento del útero
Conforme el bebé se va desarrollando, va demandando más espacio, por lo que tu útero se expande también con él. Esto provoca un movimiento interno de los órganos que hace que se desplacen del abdomen hacia arriba y atrás. Este movimiento, por lo general, afecta a plexos nerviosos que pueden comprimirse, como el nervio ciático, que es uno de los mayores causantes de dolores de espalda en el embarazo.
Cada vez más peso
Cuanto más avanza el tercer trimestre, más grande está tu bebé y, por lo tanto, tú también. Esto hace que tu cuerpo se sobrecargue a nivel muscular y óseo, sobre todo en los músculos y huesos que se sitúan alrededor del esqueleto materno y, más concretamente en la columna vertebral. Esto puede hacer que aumente tu lordosis lumbar –la curva en la parte baja de la espalda- por lo que tus músculos y huesos estarán más “tensos” para poder soportar el peso. La sobrecarga, al final, es la responsable de tus dolores de espalda.
Cambio en el centro de gravedad materno
Con el movimiento interno de los órganos, el aumento de peso y que tu bebé se mueve centro de ti, tu centro de gravedad debe modificarse para soportar tu peso, el de tu bebé, sus movimientos y los tuyos –tanto internos como externos-. Esto provoca que acabes separando los pies para darle más cabida a tu barriga, hacer que tu cadera absorba más peso y, esto, hace que tu espalda se curve mucho más en su lordosis lumbar, haciendo que, cuando esta se cargue, sientas dolores de espalda.
Más elasticidad en ligamentos y articulaciones
Durante el embarazo y el postparto, la producción de relaxina aumentan –así como otras tantas hormonas-. Esto hace que los ligamentos del esqueleto maternos y las articulaciones sean mucho más elásticas. Esto permite a la cadera y a la pelvis tener más movilidad y facilitar el parto, pero, como consecuencia implica un aumento de los dolores de espalda ya que aumentan las contracturas de los músculos vecinos para poder aguantar el peso de la madre.
¿Cómo prevenir los dolores de espalda en el embarazo?
Mantén una posición adecuada para tu espalda
Durante el embarazo, es muy normal que nos pasemos mucho tiempo sentadas, sobre todo en el tercer trimestre cuando la barriga empieza a pesar en exceso. Esto, aunque no lo creas, también puede ser una causa de tus dolores de espalda y para evitarlo asegúrate de sentarte –ya sea en el trabajo o en casa- en la posición adecuada: con la espalda al completo apoyada en el respaldo de la silla, sofá o cama y con los pies un poco elevados. Esto te ayudará a no generar una mayor lordosis y a descargar la contracción muscular de los músculos cercanos a la cadera.
Calza tu tripa
Una recomendación que se le hace a las embarazadas que están muy delgadas o que tienen embarazos múltiples, es que usen fajas de día. El uso de la faja es bueno a la hora de eliminar parte del peso que debe soportar la espalda. Además, calzarte la tripa durante la noche, colocando las almohadas entre las piernas y sujetando tu tripa, te ayudará a eliminar muchos colores de espalda innecesarios.
Usa un zapato adecuado
Lo creas o no, tanto los tacones excesivos como los zapatos muy planos pueden contribuir a tus dolores de espalda durante el embarazo. Por eso es muy recomendable usar zapatos con tacón bajo y con plantillas para facilitar una buena postura y que la absorción del peso en la planta de los pies sea la correcta, facilitando a la espalda el centro de gravedad y, por supuesto, menos carga para las articulaciones de las piernas y pies.
Realiza ejercicio
El ejercicio durante el embarazo –siempre y cuando se ajuste a tus necesidades y a las de tu embarazo- es muy recomendable para evitar muchos de tus dolores de espalda ya que con él fortalecerás tu cuerpo y los músculos de la espalda, lo que te ayudará a soportar mucho mejor tu peso y el de tu bebé durante los últimos trimestres de embarazo. Los mejores para esto son el yoga, el pilates e, incluso, algunos ejercicios de musculación siempre y cuando sean supervisados –y acordados- por tu ginecólogo y un especialista en el acondicionamiento físico.
Como ves, los dolores de espalda son más comunes de lo que parece y sí tienen remedio y solución. Por supuesto, siempre deberás acudir a tu especialista si lo crees conveniente. Consulta con tu ginecóloga, matrona