Cada día que pasa, la concienciación de hacer ejercicio durante el embarazo aumenta. Los prejuicios sobre qué deporte es mejor o peor para la embarazada se van dejando de lado y lo que más importa es moverse, crear adherencia con el deporte y, ¡sentirse bien! En más de una ocasión, ya hemos comentado que la elección del ejercicio físico que se ha de hacer durante el embarazo depende mucho de los gustos de la madre y, por supuesto, de las necesidades del embarazo –incluyendo las recomendaciones médicas, claro-.
Muchas embarazadas que ya hacían deporte antes, deciden seguir con sus rutinas de pesas adaptadas al embarazo y, muchas otras, se inician en el mundo del ejercicio físico gracias al embarazo con disciplinas más relajadas como el pilates o el yoga. Ninguno de estos deportes es mejor o peor, siempre que se adapten al embarazo y que el ginecólogo os dé su aprobación. Moverse, es lo que cuenta al fin y al cabo.
El ejercicio físico durante el embarazo tiene muchos beneficios y es que, cuanto más nos movemos, ¡menos sentimos los efectos negativos del embarazo!
Tabla de contenidos
Cuatro beneficios del ejercicio físico durante el embarazo
Mayor control postural
Uno de los beneficios que más notan nuestras pacientes es que tienen una mejor postura y que, sin siquiera darse cuenta, los dolores lumbares casi desaparecen. Esto se debe a que hay un fortalecimiento de toda la musculatura corporal, lo que nos lleva a tener una espalda más fuerte, un lumbar más fuerte, un abdomen más fuerte y unas piernas más fuertes para soportar mejor el peso.
Por supuesto, las articulaciones también se benefician de esto ya que hay que hacer menos fuerza articular porque el músculo las protege.
Ayuda a controlar el peso
Gracias al ejercicio físico durante el embarazo, tenemos una mayor sensación de bienestar por el simple hecho de que nos alimentamos mejor y tenemos un gasto calórico mayor porque aumentamos nuestro movimiento a lo largo del día. Esto se nota, sobre todo, en los controles de peso durante el embarazo, ya que no hay una ganancia extrema y/o alarmante.
Además, el ejercicio físico también ayuda a controlar la diabetes gestacional porque, a menor ganancia de peso, menores son las probabilidades de generar una resistencia a la insulina. Esto permite llevar una vida mucho menos restrictiva y más abierta a nivel social, ya que gracias al ejercicio físico, no tendremos que privarnos siempre de salir a cenar con nuestra pareja de vez en cuando.
Tiene muchos beneficios psicológicos
Uno de los grandes beneficios del ejercicio físico –se haga o no durante el embarazo- es que ayuda mucho a liberar estrés, dejar la mente menos activa y nos hace sentirnos mejor y aumentar nuestra autoestima. Esto se debe a la liberación de la adrenalina durante el ejercicio físico que hace que, una vez terminada la sesión, segreguemos más endorfinas, dopamina y serotonina, hormonas que, juntas, son las que nos hacen sentirnos más alegres y relajados.
Por otro lado, también nos ayuda a dormir mejor, con lo que, nos sentimos menos irascibles y depresivas porque la calidad del sueño, durante todo el embarazo, es muy importante. Al segregar más dopamina, nos sentimos más relajadas y, a la hora de dormir, esto es muy beneficioso.
Favorece al parto
El ejercicio físico, hace que el cuerpo aumente su tolerancia al dolor, por lo que, para todas aquellas mamás que quieran un parto natural, ¡puede ser una gran ventaja! Por supuesto, el hecho de estar mucho más fuertes ayuda y beneficia para que el parto sea mucho más ágil, fácil y menos doloroso.
El ejercicio físico –sea cual sea- ayuda a mejorar la musculatura abdominal, lumbar y pélvica, por lo que a la hora de empujar –si es un parto vaginal- te sentirás mucho mejor. En el caso de que sea cesárea, ¡tu cuerpo se recuperará antes y con menos molestias!
Como podéis ver, el ejercicio físico es beneficioso durante cualquier etapa de nuestra vida, por eso es importante moverse, ya que los beneficios son muy numerosos, tanto para el cuerpo como para la mente.