La sexualidad en el postparto
Hace un par de días vino a la consulta una mamá que dio a luz hace escasos dos meses. Estuvimos conversando un buen rato de cómo había transcurrido el parto, de cómo nos cambiaba la rutina diaria y el esquema corporal la maternidad… Finalmente la conversación derivó en el momento de reiniciar las relaciones sexuales y me acabó confesando –amargamente- que le dolía muchísimo y que el peor de sus temores era que nada volviera a ser como antes.
No es la primera vez que tengo esta conversación con una paciente y, la mayoría de ellas, tienen el mismo sentimiento de desconexión de su sexualidad. No sólo perciben dolor sino que tienen mínimas ganas de tener encuentros sexuales con su pareja como antes de ser mamás.
¿Por qué existe una desconexión en la sexualidad después del parto?
Sinceramente creo que tendemos a “genitalizar” el sexo, por ello la mayoría de mujeres, tras un parto vaginal piensan que el dolor es debido a los desgarros vaginales o las pequeñas cicatrices en la vulva que están periodo de recuperación.
¡Nada más lejos de ello! Creo, sinceramente, que la razón es algo mucho más profunda e íntima. Estos cambios son debidos al torbellino hormonal, a que ocurren cambios vitales tan brutales, tan profundos, que a veces nos perdemos llenas de miedos e inseguridades en lugar de darnos cuenta que, a partir de este momento, la sexualidad cobra una nueva dimensión.
¿Qué podemos hacer para que la sexualidad no se vea afectada en el postparto?
Me siento súper gratificada de tener en el equipo de la Clínica a Paula Peña, una sexóloga que tome iniciativas como la de organizar un taller sobre sexualidad como el que impartió recientemente.
Veo a menudo sufrir a mujeres porque les cuesta retomar las relaciones tras el parto, los profesionales de la salud que estamos en contacto con mujeres en esta etapa tan delicada de la vida, debemos desmitificar que el sexo implica, obligatoriamente, la penetración. El postparto es el gran olvidado de la maternidad, se ofrece muy poco apoyo, la familia en general, la pareja o la propia sociedad censura mucho las quejas de las madres durante el puerperio, que, se supone, por el mero hecho de haber tenido un parto vaginal y un bebé sano, deberían de estar felices porque todo “ha salido bien”.
En general las mujeres sólo consultan cuando sienten confianza con el profesional sanitario que las atiende, o lo que es peor, cuando el problema de pareja es tan importante que lo perciben con sufrimiento.
Tenemos que cambiar el discurso de una vez por todas. El parto forma parte de la sexualidad de la mujer, supone un vuelco en muchas ocasiones. Tras ese vuelco se encuentra vulnerable y en ocasiones frágil. Y la sexualidad en general es muy rica en matices, no es sólo penetración, es cariño, son caricias, es sentimiento a flor de piel…
Aquí os dejo con una frase de un libro exquisito de Laura Gutman que me encanta y de paso os recomiendo a todas “La maternidad y el encuentro con la propia sombra”. Ilustra perfectamente lo que os comentaba sobre el postparto y la sexualidad.
“A qué nos obliga la indudable presencia del niño? A que ambos, varón y mujer, nos conectemos con la parte femenina de nuestra esencia y de nuestra sexualidad, que es sutil, lenta, sensible, hecha de caricias yabrazos. Es una sexualidad que no necesita penetración ni despliegue corporal; al contrario, prefiere tacto, oído, olfato, tiempo, palabras dulces, encuentro, música, risa, masajes y besos. En esa realidad tonalidad no hay riesgo, porque no lastima el alma femenina fusionada. No hay propósitos, incluso a veces no hay orgasmos, ya que lo que importa es el encuentro amoroso y humano. Hay comprensión y acompañamiento sobre la realidad física y emocional por la que atraviesa la mujer con un niño en brazos”