Todo lo que necesitas saber de las verrugas genitales
Los condilomas o verrugas genitales son lesiones carnosas, sobreelevadas, de tamaño variado (entre milímetros a varios centrímetros), que aparecen en el pene, la vulva, vagina o ano. Normalmente no son dolorosas ni dan molestias, aunque algunas personas pueden sentir un ligero escozor o picor
Están producidas por el virus del papiloma humano, por los tipos 6 y 11, ambos con bajo riesgo de malignización, a diferencia del 16 y 18, que sí que se consideran responsables de alteraciones severas capaces de derivar en cáncer de cuello de útero, vulva, pene o anal.
Diagnóstico y cura
Cada año se diagnostican en España más de 56.400 nuevos casos de pacientes con verrugas genitales o condilomas. Y no es para menos ya que se trata de la infección viral más frecuente de entre todas las de transmisión sexual. En cualquier caso, estar infectado por el VPH no implica tener condilomas en todos los casos. Más bien al contrario, en la mayoría de casos, la infección no da síntomas. Es decir, se es portador del virus aunque no se sea consciente de ello ni se será nunca porque no se llega a desarrollar verrugas. Eso sí, aunque no haya verrugas visibles, el virus sigue siendo contagioso. La frecuencia de la aparición de las verrugas genitales está relacionada con las costumbres sociales y los cambios culturales como, por ejemplo, el inicio cada vez más precoz de las relaciones sexuales y el aumento en el número de parejas sexuales
Generalmente el diagnóstico se realiza por la simple inspección visual. En las mujeres hay que explorar también el interior de la vagina y el cuello del útero.
La exploración con un colposcopio que es un microscopio con una fuente de luz y un aumento para explorar la vagina y el cuello del útero, también es de mucha utilidad. En ocasiones se complementa la exploración con la toma de una pequeña muestra de tejido del cuello del útero para ser examinada al microscopio. La citología vaginal también puede indicar la posible presencia de una infección cervical por el VPH y detectar la presencia de una lesión precancerosa o cancerosa producida por el virus.
En la actualidad contamos con tratamientos eficaces y bien tolerados. Además existen nuevos tratamientos tópicos, autoaplicados por el paciente, como diferentes pomadas de quimioterápicos tipo Imiquimod, extraordinariamente eficaz en el empeño de la desaparición de las verrugas, el extracto de árbol de verde, que proporcionan beneficios no solo a corto plazo, sino también a largo plazo, reduciendo la aparición de recurrencias y otros varios tratamientos incluso quirúrgicos (láser, crioterapia). No obstante a pesar de que todos estos tratamientos sirven para eliminar el condiloma, no hay tratamientos capaces de eliminar el VPH de nuestra piel. Durante el tratamiento de las verrugas que a veces se extiende por semanas, resulta particularmente importante iniciar la vacunación que evite nuevas infecciones por los agentes causales.
Un aspecto que llama la atención, en muchos casos, es la demora en la búsqueda de ayuda. Posiblemente, el hecho de ser una infección de transmisión sexual, genera sentimientos de culpa y ello conduce a demorar el diagnóstico y tratamiento. Consulta siempre con tu ginecólogo ante la aparición de cualquier lesión en los genitales que te genere dudas.