¿Qué es la técnica de moxibustión?
Como definición, podemos decir que la técnica de moxibustión consiste en calentar a través de la ignición de la moxa en los distintos puntos de acupuntura.
La materia prima la componen hojas desecadas y trituradas de Artemisa vulgaris. Para su uso en la moxibustión, la artemisa se transforma en un material esponjoso llamado lana moxa y la podemos encontrar en distintos formatos.
Sabemos que la moxa se originó al norte de China hace al menos 3.000 años, y que se quemaba sobre los puntos de acupuntura mucho antes de que existieran las agujas.
De entre sus múltiples cualidades, destacar su utilidad frente al dolor incluso en ocasiones con mejores resultados que las agujas. El texto clásico Ling Shu dice:” si las agujas no están indicadas, tratar con moxibustión”
¿Para qué se utiliza la moxibustión?
Hoy en día, la moxa es utiliza para tratar alteraciones crónicas digestivas, problemas menstruales, impotencia, espermatorrea, aumento de la calidad y cantidad de semen, mejora del funcionamiento reproductivo. También, combate virus y bacterias además de regular y aumentar el sistema inmunológico. Actúa también en las afecciones intestinales causadas por frío (diarreas) y en los dolores reumáticos pudiendo aplicar la moxa sobre una pequeña rodaja de jengibre fresco potenciando así su efecto.
Disponemos de textos que muestra sus efectos positivos en relación a la sangre, el sistema inmunológico, y la regeneración de los tejidos.
Un estudio de 1998 publicado en el Journal of the American Medical Association, comprobó que el 75 por ciento de las mujeres embarazadas con bebés que venían en presentación de nalgas, pudieron llevarlos a la posición cefálica con moxa, aplicándola sobre un punto de acupuntura localizado en el dedo meñique y de cuya indicación ya tenemos constancia en un texto clásico con más de 2.000 años de antigüedad.
Su uso está contraindicado en úlceras, heridas abiertas, eccemas, fiebre alta y otros signos de calor. Y tendremos precaución en los primeros meses de embarazo.