¿Cómo se puede humanizar un parto?
Permitiendo que sea lo más similar posible a como es un parto, aunque no deje de ser una intervención.
Para empezar, se permite la entrada del padre ya que su apoyo es muy importante; se viste de forma apropiada para poder entrar en quirófano y se coloca en el cabezal de la cama acompañando en todo momento a la mujer mientras presencia el nacimiento. También llamada ‘cesárea en familia’, se caracteriza por ser un ‘parto lento’, ya que esto hace posible la autorreanimación fisiológica del niño con el objetivo de que el bebé se adapte al mundo exterior de una forma más progresiva. Además, se promueve el contacto piel con piel con la madre.
La humanización de la cesárea persigue el objetivo de hacer lo más agradable posible el nacimiento de vuestros bebés, haciendo de él un momento único en el que los padres se ven involucrados.
¿Qué cambio supone la humanización de la cesárea respecto a la cesárea tradicional?
La humanización de la cesárea se centra totalmente en la mujer, de hecho, se procura que la intervención de los médicos sea mínima. Además, también se trata de intentar imitar el parto vaginal logrando el pinzamiento tardío del cordón umbilical, es decir, cuando dicho pinzamiento se realiza un minuto o más después del parto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el pinzamiento tardío, siempre que sea posible, ya que de esa forma se mantiene el flujo sanguíneo entre la placenta y el recién nacido, lo que puede mejorar la dotación de hierro del niño incluso hasta los seis meses de vida.
Beneficios de la humanización de la cesárea para la madre
La recuperación psicológica es un factor muy interesante a analizar. En el momento que a una futura mamá le recomiendan dar a luz a través de la cesárea, quizá su primer pensamiento es creer que se trata de una técnica ‘fría’ en comparación al parto vaginal. No obstante, con la humanización de la cesárea todo se vuelve más cercano ya que se trata de asemejarse lo más posible al parto vaginal. Se trata de potenciar el vínculo con el bebé y además la mujer no está sola ya que se permite la presencia del padre.
Y es que lo cierto es que ante una cesárea, algunas mujeres experimentan una compleja reacción psicológica, con sentimientos de pérdida, fracaso y dificultades notables en la adaptación posterior y en el vínculo con sus hijos, incluso sufren la llamada depresión post-cesárea. En este sentido, las técnicas de humanización pueden ser de gran ayuda psicológica.
Así es como trabajamos en Clínica Parc Central, porque creémos que el recibimiento de una nueva vida se merece un momento como el que otorga la humanización de la cesárea. Pudiéndolo hacer así, ¿por qué hacerlo de otro modo?