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Algunos cuidados de la piel en verano que tienes que saber
Seguro que no os vamos a sorprender, pero el verano es una de las peores épocas para nuestra piel. Es en estos meses cuando más se resiente y más delicada está. Debido al calor, nuestra epidermis se deshidrata mucho más rápido, la sudoración aumenta nuestra humedad corporal y, por eso, somos mucho más sensibles a posibles dermatitis o infecciones.
El sol, además, nos ayuda mucho, pero es un arma de doble filo. Aunque nos aporta vitaminas y ayuda a que nuestro organismo esté mucho más sano –y por supuesto, nos da un color más saludable-, el sol es uno de los mayores riesgos para nuestra piel si no la cuidamos como se merece.
Los cuatro cuidados de la piel en verano imprescindibles.
Piel limpia e hidratada
Debemos asegurarnos de no alterar el ácido de la piel, eso es lo primero que tenemos que tener claro en los cuidados de la piel en verano. Para ello, deberemos usar productos suaves, con un PH neutro, sin perfumes intensos pero que, siempre, nos ayuden a eliminar grasa y suciedad cumulada.
Por otro lado, tras las duchas, es muy importante hidratarse bien y ayudar a la piel a que no se reseque en exceso. Para ello las cremas con aloe vera o aceites hidratantes son lo mejor.
Exposición al sol, al salitre y al cloro
En verano, vamos a disfrutar mucho de playas y/o piscinas, por lo que es muy importante que cuidemos nuestra piel. En cuestión de la exposición al sol, es muy importante que usemos protectores solares que se adapten a nuestro fototipo y, en las horas de mayor exposición, es mejor usar uno igual o superior a 30 SPF.
Por supuesto, para que nuestra piel no se resienta y se reseque, es importante ducharnos después de estar en el mar o en la piscina. Así, retiraremos el salitre y/o el cloro que se ha quedado impregnado en nuestra piel.
Buena alimentación
Lo más indicado para que los cuidados de la piel en verano sean los mejores, es bajar la ingesta de carnes y favorecer la de frutas y verduras. De este modo, conseguiremos darle a nuestra piel un extra de hidratación así como un aporte mayor en antioxidantes y vitaminas A, C y E. Esta vitaminas, sobre todo la E, ayudan a nuestro cuerpo a prevenir la degeneración celular y ayuda, en el caso de acné, cicatrices y dermatitis leves, a que nuestra piel se renueve con más facilidad.
Ropa cómoda y transpirable
Debido al calor y la sudoración, la ropa se puede convertir en nuestro mayor enemigo, por lo que hay que ir con mucho cuidado con cual nos ponemos, sobre todo si hablamos de nuestras zonas íntimas. Lo mejor es evitar usar materiales que favorezcan la aparición de hongos o causen heridas y alergias en la piel. Debemos evitar crear ambientes húmedos entre nuestra ropa y la piel para que esta no se reseque y sea menos susceptible a las rozaduras.
Recordad que, en cualquier momento en el que veáis que hay algo anormal, que pica, escuece o se hace más grande, lo más importante es acudir a vuestro médico. De esta forma, podréis ponerle solución a tiempo y que esto no os afecte ni a vuestras vacaciones ni al resto de vuestra piel.