Descubre cómo afectan los tatuajes y los piercings en el embarazo
Aprovechando nuestro concurso de barriguitas pintadas, hoy os vamos a hablar sobre otro tipo de decoraciones en nuestro cuerpo y algunas cosas a tener en cuenta en especial antes de realizarnos algún tatuaje o piercing. Antaño, esta práctica aparecía en grupos tribales, poblaciones que se identificaban de esta manera u ocasiones rituales. Mucho más tarde fue cuando, saliendo de estas costumbres ancestrales, empezó a utilizarse en nuestra época como una forma decorativa más propia de grupos como los moteros, rockeros e incluso se extendió a lo que podía llamarse ‘gente de dudosa reputación o hábitos de vida poco saludables’. Pero en la actualidad, mucha gente lo hace simplemente para embellecer o decorar su piel sin tener que identificarse con ningún sector en especial. De hecho incluso se utiliza para restaurar, disimular o integrar otros defectos en nuestro cuerpo tales como cicatrices, aureolas y pezón tras una mastectomía o preciosos dibujos que disimulan nuestras estrías en muslos, caderas y abdomen. Los motivos o estructura de tatuajes o piercings pueden ser innumerables y es algo que ha llegado a ser propio de alguna etapa de nuestra vida como, el primer amor, una fecha señalada o el nombre de nuestros hijos, algo que se ha propagado mucho entre las embarazadas…
¿Pero es aconsejable hacerse tatuajes o piercings durante la gestación?
Nuestro consejo es que no lo hagáis. Es cierto que hoy en día los tatuadores y establecimientos dedicados a estos menesteres están perfectamente reglados y supervisados sanitariamente para prevenir el contagio de enfermedades, pero es posible que incluso no encontréis a ningún tatuador profesional que quiera hacéroslo.
El motivo es muy sencillo, no deja de ser un procedimiento doloroso y hoy en día está demostrado que algunos desencadenantes del parto prematuro son procesos de estrés o dolor y tanto los tatuajes como los piercing pueden conllevar ambas situaciones. Otro de los motivos es que aunque sea lo más estéril posible siempre existe riesgo de infección durante las curas o cicatrización y al estar embarazada, debemos recordar que hay muchos antibióticos que están limitados en este estado y la infección podría extenderse a otras partes de nuestro cuerpo causando problemas a la gestación. Esto es lo que los especialistas llaman un ‘ Riesgo innecesario’.
También entrarían en este riesgo, los tatuajes hechos con henna y la micropigmentación aunque no sean permanentes, en especial porque este tipo de pigmentos pueden causar reacciones alérgicas aunque ya nos lo hubiéramos hecho antes. Recordemos que durante el embarazo hay cambios hormonales y químicos que pueden causar rechazo a estas sustancias o algún componente de los pigmentos utilizados igual que ocurre con el olfato o el sabor de cosas que antes gustaban y ahora embarazadas no se soportan.
Sin embargo no es algo prohibido y si aún con estas recomendaciones decidís realizaros un piercing o tatuaje, debéis tener en cuenta algunas cosas:
- Aseguraos que el establecimiento o profesional tenga autorización sanitaria y que todo el material sea estéril y desechable.
- Evitad zonas muy dolorosas o que interfieran directamente en el parto o lactancia como pezones, pubis o abdomen bajo y genitales.
- Consultad con vuestro ginecólogo antes de hacerlo y con el anestesista, aunque estudios de 2002 revelan que no interfiere en la aplicación de la anestesia epidural tampoco está demostrado que no y algunos anestesistas se niegan a aplicarla si hay un tatuaje en la zona lumbar donde se administra. Esto puede ser una sorpresa desagradable en el momento del parto o cesárea.
Esperamos que esto os ayude a tener las cosas más claras con respecto a decorar vuestro ya hermoso cuerpo fabricando una nueva vida. Recordad que más vale prevenir que curar y que los tatuajes y los piercings pueden darnos más sustos que otra cosa durante el embarazo.